Por Marcela Luengas
Voluntaria de Casa de la Amistad
Existen palabras que cuando las oímos nos provocan sentimientos especiales. Navidad, es una. La otra, es niño. Si combinamos ambas, puede resultar una imagen entrañable. Sí, esa imagen, que se convierte en una realidad la tenemos en Casa de la Amistad para Niños con Cáncer.
¿Cómo se puede hablar de Navidad con niños enfermos? ¿No provoca más bien tristeza?
La Navidad no es una época, la Navidad es un sentimiento que podemos experimentar todos los días del año si así lo deseamos. Porque el espíritu de la Navidad se manifiesta como amor, paz y alegría.
El amor es un sentimiento que desencadena ciertas virtudes, es decir, puede crear un sistema de valores como la confianza, la empatía, el afecto, la generosidad o el idealismo, entre muchos otros. Une todos los aspectos e intenciones que son constructivos, benevolentes, afectuosos, incondicionales y de naturaleza solidaria. En Casa, por tanto, es diariamente Navidad:
Día a día la Casa se vuelve un hormiguero de personas que brindan su tiempo y trabajo para los niños y sus familias.
Dar es un valor. Más bienaventurado es dar que recibir. Los niños nos dan increíbles momentos de fortaleza, de amor y de agradecimiento, por tanto los que tenemos que agradecer somos los que trabajamos en esta Casa que para muchos es un hogar.
La felicidad es producto de sentimientos positivos. La cuestión es que somos felices cuando otros son felices, especialmente los niños. Así, que también a Casa de la Amistad le gusta regalar y devolver la alegría, convencida de hacer nuestro aporte a una hermosa Navidad.
La Navidad es vivencia, vivamos los valores de la Navidad. Llenemos el corazón con sentimientos amorosos, la mente con pensamientos positivos y el alma con belleza trascendental, esa que es eterna y leal.
A todos los que los que nos procuran de manera material, espiritual, emocional , profesional y amistosa, reciban el amor de todos los niños, sus familias y de toda la Casa de la Amistad para Niños con Cáncer.
¡Feliz Navidad!