Tu lástima, me lastima

Por: Marcela Luengas

Voluntaria de Casa de la Amistad 

Ante enfermedades graves, ante aquellas que no tienen cura o las que  dejan secuelas, desarrollamos distintas emociones  y sentimientos que se intensifican  sobre todo si la sufre algún miembro dentro del seno familiar . No se diga si se trata de un niño o adolescente quien  las padece, pues nuestras expectativas sobre ellos, se crean en el entendido de que tienen  “toda una vida por delante”. Por ello la enfermedad de un niño o adolescente, supone un gran impacto emocional para toda la familia y su entorno.

Aunque la forma de vivenciar una misma enfermedad va a ser única para cada persona, suelen darse los sentimientos más comunes de todo proceso de duelo, de pérdida: sentimientos de dolor, angustia, ansiedad, rabia, impotencia, miedo. Es normal tener estos sentimientos ante la enfermedad y es muy sano permitirse sentirlos y expresarlos,  al mismo  tiempo que facilitar que los familiares también los expresen.

Sin embargo existe un sentimiento frecuente ante estas situaciones, que hay que diferenciar de los anteriores : la Lástima. Generalmente se le define como un “sentimiento de tristeza y ternura producido por el padecimiento de alguien.” “Sentimiento doloroso que causan en el alma los padecimientos y desgracias de otros.” Parece que es un común denominador que se hable del “otro” : lejano, olvidable, disminuido. A mi parecer, la lástima va cargada de debilidades. Sentir lástima por alguien es limitarlo de antemano, es colocarlo en una situación sin remedio, es negarle la oportunidad de salir adelante.“Pobrecito” ”Pobrecita” hasta el diminutivo resulta chocante y empobrecedor. No se puede negar la realidad. Lo que sí se puede y debe, es enfrentarla con las herramientas adecuadas.

En Casa de La Amistad para Niños con Cáncer, la lástima no tiene cabida: se sustituye y se trabaja sobre el principio de la EMPATÍA: “La capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás. La empatía nos permite ver las cosas desde la perspectiva del otro en vez de la nuestra.”

Resulta entonces que surge el NOSOTROS.

Las habilidades de empatía y escucha activa son esenciales para que el otro se sienta cómodo hablando y expresando sus sentimientos, así como  para que se sienta comprendido.Los aspectos emocionales tienen gran influencia en el afrontamiento de la enfermedad y en la evolución de la misma. El dolor emocional, cuando no se le da una adecuada salida, confunde a la persona y le provoca más dolor. Esto repercute, en mayor o menor medida en la salud de la familia y dificulta la recuperación del enfermo.

Casa de La Amistad para Niños con Cáncer  es ese “NOSOTROS” que pone a disposición de los usuarios y sus familias toda una serie de programas de Apoyo Emocional. Es aquí donde se arropa a la familia y al usuario, de manera que sienta la seguridad de que están en un lugar donde cuenta con toda la información que necesiten sobre el cáncer, lo que éste detona dentro del seno familiar y cómo sobrellevarlo. Es el lugar donde se resaltan sus capacidades para salir adelante, de manera profesional, amable y comprometida.

Pero lo más importante: en Casa de La Amistad para Niños con Cáncer se respeta profundamente la dignidad del usuario y la de su familia. Nunca serán tratados con lástima…porque los lastima.

 

 

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